Pedro Villar, que además de gran poeta para niños y otros seres sensibles es un excelente intérprete.
Su formación actoral y su talento afloran en esta magistral interpretación de su "Miguel Hernández en 48 estampas" como un cantar de ciegos que secuestró a los presentes para llevarlos a otro lugar y a otro tiempo, a la tradición y al territorio compartido y mágico de la poesía que se siente, que se dice y que se entrega con sencillez generosa.
2 comentarios:
Me hizo acordar el inicio de una película: El crimen de Cuenca. No tiene nada que ver con el texto, pero la representación me trajo eso a la memoria: el pregonero de pueblos, típica escena española de antaño, ¿no? Saludos a Pedro y enhorabuena.
Pedro estuvo estupendo, una interpretación excelente,,¡¡¡sorprendente!!! exquisita y maravillosa,,,Un cierre de sesión , la del sábado que dejó "impactados" a todos lo asistentes. Decir GRACIAS es poco para tanto como Pedro nos dió en León.
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